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Si en casa tenemos un perrito y decidimos acoger a otro, debemos ser muy cuidadosos a la hora de entrarlo en casa y sobre todo hacer una adecuada presentación entre ambos.

No podemos llegar con el perro nuevo a casa y sin más adentrarlo en lo que va a ser su nuevo hogar ya que podríamos originar una pelea entre ambos o que alguno de los dos cogiera miedo del otro para siempre o todo lo contrario.

Lo que debemos hacer es realizar una correcta presentación entre los dos perros, donde la podríamos llevar a cabo en un espacio abierto como un parque o un terreno al aire libre, ya que así será neutral para ambos perros y los celos y la territorialidad quedarán fuera de juego.

Anima a algún amigo para que te ayude con la presentación así cada uno podrá acudir por separado al lugar de encuentro. Una vez se hayan encontrado debemos dejar que se huelan y se conozcan siempre dejando la correa suelta ya que si la tenemos tensa estaremos creando un ambiente tenso e intranquilo y los perros lo notarán. Si alguno de los dos gruñe o intenta dominar al otro, no te asustes porque la tensión irá disminuyendo hasta que dejen de prestarse atención uno al otro. Debemos evitar interferir en su encuentro y no tomar partido por ninguno de los dos, dejaremos que poco a poco se vayan conociendo hasta llegar a conseguir un ambiente tranquilo y armonioso. Tendremos que repetir esta acción de saludarse varias veces, separando cada vez a los perros y lo más importante de todo es que nosotros estemos tranquilos y relajados para que esta energía sea percibida por ambos. Si la presentación ha ido bien, es hora de ir a casa.

Antes de entrar al nuevo perrito dentro de su nuevo hogar, tendrás que establecerle su lugar de comida y también un rincón para colocar su cama con sus cosas. Esto es fundamental para que el perro novato tenga sus cosas y no invada las del perro residente y no se cree un momento de tensión y dominancia.

Un error bastante común entre los propietarios de los perros es el querer o intentar que haya igualdad entre ambos. Hay que hacer justamente lo contrario, debemos respetar la escala jerárquica que se consolide entre los dos perros. Si entre los dos animales existen peleas continuas y serias, debemos acudir a un especialista en comportamiento canino para resolver el problema.

Las costumbres del perro residente no deben cambiar pese a nada, y no debemos mostrar delante de él más muestras de cariño hacia el perro nuevo ni dejar que éste se haga el dueño de todo ya que de ésta manera podemos crear celos o una posible depresión en nuestra mascota. Tenemos que hacer incluso más caso al perro residente para que no se sienta apartado ni triste por la llegada del nuevo miembro. De ésta manera, los dos animales acabarán siendo muy buenos compañeros y amigos y permanecerán muy unidos.

En resumen, si seguimos éstas sencillas reglas a la hora de entrar un nuevo perro en casa, reinara en el hogar un ambiente feliz y armonioso y podremos disfrutar de la compañía de ambos.



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