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Alguno de vosotros habrá visto alguna vez como vuestra mascota u otro perro ha comido sus propias heces o las de otros perros. A este comportamiento se la llama "Coprofagia" y es algo bastante desagradable y molesto para los dueños.

Existen 3 tipos de Coprofagia:

- Autocoprofagia: consiste en que el perro ingiere sus propias excreciones.
-Intraespecífica:  el perro se come las heces de otro perro.
-Inespecífica: se come las de otra especíe.

Las posibles causas de porqué nuestra mascota podría comer sus heces son:

-Miedo a la represalia: si hemos sido muy duros castigando a nuestra mascota, puede que coma sus heces por miedo a que tu lo vuelvas a castigar. Así que no hay que ser tan salvaje a la hora de castigarlo, una por que nuestro amigo no se enseña a base de brusquedad ni tampoco hay que tratarlos así y otra porque como vemos no conseguimos nada siendo tan agresivos.

-Falta de atención: puede que nuestro amigo necesite de nuestro cariño y coma sus excrementos para llamar nuestra atención, aunque sea para regañarle. Así que si le proporcionamos esa atención, lo más probable es que deje de hacerlo.

-Imitación: si recogemos delante suya sus heces, puede que al vernos a nosotros, él haga lo mismo. También podrían ver a otros perros hacerlo y seguir sus pasos.

-Para mantener su zona limpia: nuestra mascota puede comer sus heces por tener su lugar bien limpio si sabe que va a pasar allí unas cuantas horas, por eso evita que su zona esté sucia.

-Por aburrimiento: puede que si un perro pasa muchas horas solo, simplemente por no saber que hacer o por el aburrimiento, coma sus propias heces.

-Falta de fibra: si le damos a nuestra mascota un pienso de baja calidad y bajo en fibra, puede que compense esta falta comiendo sus excrementos.

-Hambre: si la mayor parte del día el perro se queda solo y sólo come una vez al día, puede que coma sus heces por falta de comida.

-Dominancia: un perro sumiso puede comer las heces de un perro dominante dentro de la misma casa.

¿Qué soluciones puede haber?

Si alimentándolo con un pienso de calidad alto en fibra, manteniendo su zona bien limpia y dándole el cariño que necesita, continua teniendo esta costumbre, os dejo algunos consejos que podrían ayudar a hacer desaparecer el problema:

-Corrección en positivo: de nada sirve forzarlo ni meterle la nariz del perro en sus excrementos ni chillarle...ya que haciendo esto agravaremos aún más la situación. Debemos actuar con tranquilidad y cuando veamos que ha hecho sus necesidades y tiene intención de comérselas, hay que conseguir que se acostumbre a desinteresarse o desviar su atención en el momento que veamos que se acerque a sus excrementos. Para ello, deberemos llamarlo para jugar con un tono positivo y cada vez repetir el ejercicio para que poco a poco se acostumbre a abandonar este problema.

-Usar "Prohiba": se trata de un suplemento en polvo que se agrega a la comida del perro y hace que sus heces tengan un mal sabor.

-Limpiar las heces: en el momento de que haga sus excrementos debemos retirarlos para evitar que los ingiera, pero no debemos hacerlo delante de él ya que si lo hacemos estableceremos una competencia entre ambos y el perro ingerirá las heces para estar seguro de que no se las quitarán, tenemos que hacerlo siempre cuando no nos vea porque posiblemente pueda que nos imite y los recoja el mismo.

- Otras soluciones caseras: darle de comer calabaza, menta o piña siempre sin pasarnos en la cantidad.

-Esperar: si nuestra mascota es todavía un cachorro, esta actitud debe desaparecer hacia los 3 o 4 meses de edad.

-Bozal: podemos emplear el bozal sólo para momentos concretos, como por ejemplo cuando salimos con él de paseo y sabes que va a ser imposible evitar que coma las heces de otros perros o en el momento que se quede solo en casa y no puedas controlarlo. Pero repito sólo en casos concretos, por que tampoco lo vamos a tener todo el día con el bozal puesto al animal, ya que sería la solución más fácil y cómoda para nosotros.


Complicaciones:

La ingesta de heces en nuestro perro, puede contener parásitos si come heces de otros perros infestados o de animales salvajes. Pero esto se puede solucionar desparasitándolos a menudo, evitando así el riesgo de contraerlos.

Sin embargo, la cosa se puede conplicar mucho si ingiere heces con bacterias, larvas u hongos, pudiendo contraer enfermedades como la Hepatitis o el Parvovirus.

Por otra parte, si nuestro perro come heces felinas podría llegar a contagiarse de Toxoplasmosis. Por lo tanto, es muy importante que si tenemos gato en casa, mantengamos su bandeja de deposiciones lejos del perro.




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