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Las cataratas aparte de darse en las personas, también pueden sufrirlas nuestras mascotas. Es muy importante cogerlas a tiempo ya que puede llegar a ocasionar la ceguera total del animal.

Para saber bien de que os hablo, se trata de una afección ocular que hace que el cristalino del ojo se vea blanco y opaco haciendo que el animal vaya perdiendo de forma gradual la visión.

Muchas personas piensan que las cataratas van asociadas con la edad del perro, y la verdad es que no es exactamente así. No podemos asociar las cataratas a la vejez de nuestra mascota, ya que si el animal tiene una edad avanzada, será normal que el cristalino se endurezca  y tenga un aspecto gris. Este proceso es llamado esclerosis nuclear del cristalino y no cataratas, como mucha gente suele creer.

Las cataratas pueden aparecer en perros jóvenes de 5 o 6 años y la mayoría son hereditarias, aunque también pueden ser causadas por inflamaciones, traumatismos por golpes en el ojo o por la enfermedad llamada diabetes.




Hoy en día la manera más eficaz de eliminar la catarata es mediante cirugía ya que no existen tratamientos efectivos que consigan hacer que desaparezcan. La cirugía consiste en la extracción del cristalino donde la catarata no podrá volver a reproducirse. El 95% de éxito es el porcentaje que presentan las intervenciones quirúrgicas en perros por cataratas que no tienen mucha gravedad.

Existen razas de perros más propensas a las cataratas, como el Cocker Spaniel, Caniche, Pekinés o el Labrador Retriever, aunque esto no significa que en las demás razas no puedan aparecer ni que estas razas nombradas las vayan  a desarrollar a lo largo de su vida, sino que serán más vulnerables a éstas.

Así que ya sabéis, ante el más mínimo síntoma de una posible catarata por pequeña que sea o un excesivo lagrimeo o intolerancia a la luz, lo mejor será llevar a nuestra mascota al veterinario para que le realice una revisión oftalmológica y coger la catarata a tiempo para poder procurarle a nuestra mascota una solución para sus ojos, parte de su cuerpo muy importante para su día a día.

Si el veterinario nos recomendara una cirugía, durante su convalecencia deberemos llevar a nuestro amigo durante las primeras semanas con el collar isabelino para evitar que se rasque o se golpee con algo y además será más recomendable ponerle arnés en vez de correa para evitarle posibles movimientos bruscos que puedan afectarle a los ojos. Esto son simples recomendaciones, aunque vuestro veterinario ya os irá diciendo todas las indicaciones a seguir para una recuperación exitosa.





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